domingo, enero 22, 2006

El Conde de Querétaro, capítulo 2: ¡Entrena, campeón!

En nuestro capítulo anterior, veíamos como nuestro héroe era desterrado hacia Gorgona. En medio de toda la tragedia ocasionada por no poder regresar a Colombia, él descubrió a Kasid, un desterrado que le enseñó sobre un tesoro extraño...

Bien, sigo aquí, con mi tragedia... Sin embargo, este extraño ser... bueno, cualquiera se contentaría con la llegada de alguien, estando solo aquí. El ser se presentó como Kasid, un árabe-colombiano desterrado también por plantear una Colombia nueva...
Pero más allá de eso, él le comentó sobre un tesoro... "Dicen que hay un tesoro más allá de estas islas, pero sólo lo ganarás con paciencia." Yo dije: "Siento decepcionarte, pero... volver a ver mi mundo es suficiente tesoro." Kasid comenzó a reírse y dijo: "Hablo de venganza contra quienes te hagan daño. Hablo de tantos tesoros, tesoros como nunca antes te habían mencionado, ni te mencionarán". Mis ojos brillaron, pero yo dije: "No me molestaría tenerlos pero créeme... debe haber otra forma de hacerle pagar a ese presidente" Kasid dijo: "No veo odio en tu forma de ser... No veo nada, nada de nada..." yo dije: "La mejor venganza es aquella que nadie ve, que se escapa por entre las sombras y en el fondo, la que jamás termina." Kasid se sorprendió. De ser un santo para él había pasado a ser un vengador... Luego de eso empezó el entrenamiento. Meditación, equilibrio y paciencia, fueron las primeras disciplinas que entrené con él. Luego de un tiempo, llegó la hora de aprender cosas más fuertes... Filosofía, historia del mundo, política... cosas de las que sabía pero que necesitaba pulir y poner en práctica... Luego vino manejo de armas, y finalmente, finanzas y contabilidad, destrezas que debía aprender, así no quisiera...

Luego de tres años de todo eso, mi valiente amigo me confesó que unos días antes de ser desterrado le había sido detectado un cáncer. Ese cáncer, en tres años hizo metástasis y acabó con lo que le quedaba de vida... usando sus últimas fuerzas para decirme acerca del tesoro perdido... "Hay un lugar en el estado mexicano de Querétaro, que alberga los tesoros de uno de los últimos científicos de la Patria Sabia... nadie los ha contado, nadie los ha encontrado. Todo cuanto queda es este mapa. Ve, joven amigo y limpia tu nombre... O perderás todo cuanto amas." Yo obedecí y tomé un barco hecho con los restos de un yate de investigación... Y empecé a viajar... hacia ese lugar. Mientras tanto, decidí ponerme a aprender más.

Nadie sabría en qué continuaría esa historia...

viernes, enero 20, 2006

Los Relatos Cortos de Dreamweaver: Relato 3: El Conde de Querétaro...

Dedicado a, umm... Eliza, al Paraíso de Eliza y a Alejandro Dumas, autor del Conde de Montecristo... (también dedicado a la buena venganza, aquella que sólo hace bien.)

Como es usual, todo lo que digo es en primera persona y cursivas. Cualquier parecido entre personajes reales y ficticios, en este y otros espacios paralelos, es pura y física coincidencia.

Acto 1: Fernando, el Exiliado.

En aquellos espacios paralelos donde la desesperación y el dolor son el pan de cada día, esta historia que yo, Fernando Mosquera Miranda, desterrado de Colombia les vengo a contar... A diferencia de otros Espacios, en los cuales Colombia es una nación normalita, en éste, el nacionalismo burdo y barato (patrioterismo, lo llaman), invade cada célula común en la gente... Por allá en 2005 de este Espacio, comienza esta triste historia. Yo me llamo Fernando Mosquera Miranda, hijo de Ibeth y Fernando, con una amplia fortuna moral, ya que la física la absorbía el malvado gobierno de esta Colombia aniquilante, que a diferencia de la de esos otros mundos, eligió al equivocado... Lo llamaban "el equivocado" a espaldas, ya que si lo decías de frente... el resultado era obvio. Podían desde ponerte a cargar con un asta y la bandera retorcida de esta Colombia perdida (rojo, azul y amarillo), hasta acabar con tu vida en un cable de alta tensión... A mí, a diferencia de esos terribles destinos, por andar escribiendo en un pasquíncito posmodernista extraño, me decidieron desterrar. ¡No sabían ellos que el destierro no es castigo para un eterno viajero! Pero lo que no sospeché es que me dejaron tirado en un barco que pronto zozobraría en la Isla Prisión Gorgona, la cual se decía era el infierno... Yo dejé en este mundo a una amada, cuyo nombre es Elizabeth. Ella nunca supo las miles de torturas a las que me sometieron antes del destierro, por pronunciar lo que yo llamaba la "verdad", que era una declaración de oposición al gobernador reinante... En fin, pasemos a hablar... de Gorgona. Gorgona es una isla que, en honor a la criatura que tiene el mismo nombre, podía matar con sólo verte... Esta isla mataba lentamente, con miles de culebras y serpientes, así como criaturas peligrosas, invadían las ruinas de lo que anteriormente era un centro de investigaciones marítimas, por allá en la Patria Sabia -una época curiosa de esta Colombia que fue opacada por El Equivocado-... En fin, allá me quedé. En esa isla, solo y perdido, pensando en Elizabeth, armando estatuas de arena con Elizabeth, plasmándola con un pedazo de rama en el mar... amándola como siempre... Decían las malas lenguas, que yo había muerto, que había perdido mi vida en las fauces de un tiburón de esos que abundan en el Pacífico... Nada más lejano de la verdad... Quedé solo... o bueno, casi sólo. En esa isla prisión, estaba, lleno de un extraño resentimiento, alguien conocido como Kasid, un árabe-colombiano, que fue también desterrado, le contó sobre un tesoro en tierras lejanas... Es aquí, donde dejo por ahora la historia, y pronto, verán qué más pasó...

domingo, enero 15, 2006

Autoinspiración

Este escrito lo dedico a mí mismo...
lo escribo porque lo considero necesario...

Andaba un día mi noble alma,
recorriendo los caminos del vicio
Intentando investigar sobre aquella virtud.

Una virtud perdida en almas simples
Una virtud destruida en el mundo de afuera
Se trataba de la autocrítica, del pensamiento

Del placer de decirse la verdad a sí mismo
De entenderse, de mimarse de consentirse...

Ese placer de destruirse a sí mismo de ser necesario

sólo para poder entenderse de verdad...

Por eso este escrito lo dedico a mí mismo
porque nunca doy lo suficiente, porque además, no sé ni qué es suficiente.

jueves, enero 12, 2006

En el velo detrás de tus ojos...

En medio del mapa de tus sentidos,
guiándome por las ambarinas luces de tus ojos
recorro tu ser con mis dedos,
admirando cada pliegue de tu piel con el suave sentir
los besos fluyen como aire en el cielo
y esa estrella marina que me guía
a tenerte en mí todo el día...
la playa que rodea tus morenas costas
que deseo tocar, llenas de fuego y pasión...

En ese velo detrás de tus ojos
me pierdo yo, joven guerrero
no porque Circe me haya tomado
o porque Calypso quiera hacerme suyo
No. Es porque de tanto ver tus ojos
me siento perdido... una salida, una entrada, un camino
Camino al eterno corazón tuyo, alma perdida en la gran jungla de cemento...
No te aflijas, amada mía. He de llegar algún día...
Que intenten todos lo que sea, pero como me dijiste...
el tiempo narrará lo que pasará al final.

martes, enero 10, 2006

Te prefiero terciopelo (autor: Pablo Cerda)

El siguiente es un poema que recibí de una
lista de correo a mi casilla... Apropiado como
es para esta edición de nombre particular,
aquí está, con autoría de Pablo Cerda...

TE PREFIERO TERCIOPELO

Te prefiero como eres,
blanca, tersa, piel de ángel,
suave, clara, cristalina
como flor en los altares.

Te prefiero silenciosa,
piedra, rama, tronco, hoja,
agua inmóvil en la presa,
lluvia intensa que no cesa.

Te prefiero apasionada,
camuflaje de ternura,
niña buena intimidada
por la infancia que es eterna.

Te prefiero terciopelo
aunque no tengamos seda,
hace falta mucho drama
para cosechar riqueza.

Y aunque no tenemos rosas,
claveles o margaritas,
te prefiero terciopelo
antes que falsa alquimista.

Autor: Pablo Cerda / 7-Noviembre-2005 /

jueves, enero 05, 2006

Edición Terciopelo

Después de varios días, de no haber podido preparar adecuadamente esta hermosa edición de terciopelo morado, pues les adelanto que tengo máquina "nueva" (en realidad es un amasijo de cosas por ahí, pero para mí es nueva... es como empezar de ceros y es hermosa). Ocupo nombres... -o la sigo llamando Archimandrita?-

En otras cuestiones mucho más importantes que mi máquina, no podré estar tantas noches como yo quisiera..., debido a ciertas cosas internas de casa que han ocurrido...

Aprovecho para darnos a mí y a mi amada unos felices 13 meses (léase 1 año y 1 mes), que aunque nos veamos poco, la sigo amando con la misma fuerza de antes (que ojalá nos podamos ver más temprano!!! para evitar cosas raras con nuestras madres)

En fin, Eliza, si lees esto, te amo, te amo demasiado, al punto que necesito de ti para seguir respirando... al punto que sin ti no sabría que hacer, me sentiría golpeado, o desorientado... pero más importante, me sentiría triste... Que en mucho tiempo más sigamos estando juntos...
Te ama, tu Príncipe.

;-)