martes, abril 11, 2006

Rito de Sangre

Dedicado con entero amor a mi amada... ojalá el día que volvamos sea algo similar a esto que pasó por mi cabeza durante un camino a casa, tan largo y tan débil como la línea entre la cordura y el deseo...

Rito de Sangre

Dedicado con amor... a ti.

Una noche cualquiera,
como todas las que son y eran
Esa noche oscura y fría
que demostró cómo iba a terminar el día.

Ese día yo iba en camino a mi casa
a esa casa
donde yo mi sueño solía guardar
El largo camino de allá hacia acá...

Ese largo y sinuoso camino...
Avenidas con números y nombres
escritos y creados por hombres
Ese camino largo y (podría decirse) sin destino

Cuando al fin lo he recorrido
A mi casa me he dirigido.
Y finalmente, como una gran sorpresa
tu cuerpo he observado.

Atisbé todo a mi alrededor...
Sí, no podía creerlo,
Piel morena, ojos ámbar
Era ella... ¡¡Eres tú!!

Puse mi mejor porte guerrero
pensando en alguna trampa
alguna ilusión...

Pero de repente tu francés beso
me hizo devolverme en el tiempo...
De repente, juntos nos fuimos
Sí, nos fuimos, nos escapamos

Huimos de ellos, el tiempo y el espacio
Sólo para estar en un bosque oscuro
a estas horas de la medianoche...

De repente, como si no lo esperara...
sacas algo, una pequeña navaja...
de esas de cortar...

"Bendita sea mi hora, eres tú la que me va a matar...
Eres tú en la Tierra entera, a la única que he de dejar."

Ella sólo sonrió
Y suavemente, su hermoso abdomen cortó.
Sangre manaba de ese cuerpo deseable
era su alma hecha cuerpo, su cuerpo hecho alma

"Lame", me ordenó.
Yo, amor impele
ordenado por su hermosa voz,
a ella me acerqué,
y suavemente, arrodillarme intenté

Antes de aquel acto, ella
mi camisa alzó.
Hizóme en mí una cortada similar
Y mi sangre como miel de un panal
Brotó llena de amor.

Ambos tocamos esas heridas
ella la mía y yo la de ella...
Fue extático instante
de esta noche el clímax
Haber su sangre probado
Y haberle dado la mía.

Un beso sangriento ambos nos dimos
Recordamos todo cuanto quisimos
Ese verde bosque, y ese negro cielo
se transformaron en hoja carmesí y cielo escarlata...

Ya no éramos dos,
éramos uno. Uno solo.

Ya no éramos sólo una pareja de novios.
Éramos nosotros y nuestro vinculum...

Un rito de sangre que nos dio amor
nos dio fuerza, belleza y vida...

Amor... Belleza... y vida.